
Aloe saponaria
El Aloe saponaria tiene sus hojas agrupadas en rosetas basales. Las hojas son carnosas, largas, estrechas y lanceoladas de color verde rojizo moteadas con puntos blancos y con los márgenes dentados. Las inflorescencias en racimos, generalmente de forma más esférica que otros áloes como el Aloe arborescens, con flores tubulares de color naranja rojizo que se encuentran al final de un tallo erecto, generalmente ramificado, que surge de la roseta.
Sus hojas tienen manchas blancas y cuenta con espinas de color marrón en sus márgenes. Su tallo es corto.
Puede llegar a alcanzar una altura de 30 centímetros y en algunas ocasiones llegar a 1 metro.
Florece desde mediados de invierno hasta la primavera.
Suele confundirse con el Aloe perfoliata, pero este posee las hojas más delgadas en la punta.
La exposición que se recomienda es de semisombra, y no es conveniente que se encuentre en áreas frías que estén bajo los cinco grados centígrados. El suelo puede combinarse entre arena gruesa, tierra de jardín y turba con mantillo de hojas.
Se debe regar de manera moderada, aunque estas plantas tienen gran resistencia a la época de sequías.
El saponaria cuenta con una gran cantidad de beneficios a nivel medicinal, distinto al Aloe vera, cuenta con bajos niveles de aloína por hoja. Esta sustancia es bastante amarga y tiene un olor intenso, con propiedades laxantes muy elevadas, que en cantidades puede tener un efecto tóxico en las personas. En cuanto a la saponaria, los bajos niveles de aloína la convierten en una planta que se puede comer o beber sin ningún tipo de problema.